MITO 2. Los empresarios nacen, no se hacen.
Esta frase ha sido repetida muchas veces pero no sólo para el caso de los empresarios, sino también para políticos, diplomáticos, artistas, gerentes, deportistas, etcétera, y en todos los casos se ha demostrado errada.
Existe evidencia clara de que muchos empresarios no tienen ancestro empresarial, entendido esto como hijos de padres empresarios, y muchos de los que no son empresarios provienen de padres empresarios.
El ser empresario implica unos atributos y unos conocimientos que son adquiridos y aprendidos. La verdad es que los empresarios se forjan mediante aprendizaje y experiencias educativas que combinan en proporciones diversas lo formal y no formal. Nadie va a negar que se requiere salud, energía, un poco de inteligencia, características biológicas necesarias pero no suficientes; tampoco se va anegar que se precisan conocimientos y habilidades que no se dan al nacer sino que se desarrollan en función del ambiente en que se viva: iniciativa, toma de decisiones, capacidad de riesgo, creatividad, etcétera.
Drucker indica cómo hace 40 o 50 años nadie pensaba que un gerente era formable, hoy, la mayoría de la gerencia proviene de las escuelas de administración de empresas. En el mundo modernO se producen artistas, deportistas, políticos, diplomáticos, y pueden producirse empresarios, como lo atestiguan muchos casos documentados, aun en comunidades deprimidas económica, social y educativamente.
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Ahí esta la prueba de que los empresarios se hacen... ya que como todos, ellos también se tienen que formar y definir qué serán y qué harán
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